domingo, noviembre 12

Hasta "Pajita" tiene un celular

Este fin de semana hice una de las cosas que más me gusta, que es visitar pueblos y conocer su gente y su arte. Tomar unas fotos de ese lado humano. En esta oportunidad fui una vez más al pueblo de Guadalupe en el Estado Lara a visitar algunos artesanos que hacen maravillas con la madera. Uno de ellos es el conocido “Pajita”, un viejito de lo más simpático que hace muebles. Realmente compartir con estas personas que muestran una gran sencillez y humildad fue una maravillosa experiencia. Corta, pero intensa.

Dispuesto a llevarme en este viaje una buena muestra de su arte, le pregunté a Pajita algunos precios de sillas y mesas que mostraba orgulloso en su sala. Recibí de su parte una sonrisa que me decía “ese es un encargo”. La risa era una mezcla de alegría por mostrar interés en su trabajo, pero al mismo tiempo de sorpresa porque un principiante como yo pensaba que esos trabajos estaban en inventario esperando que alguien los quisiera comprar. Esa respuesta fue desalentadora para mí, que había viajado con el fin de llevarme algunas piezas del Estado Lara.

Pensé en ese momento si formalizar el encargo de una vez o arriesgarme a seguir buscando en otros sitios qué otras piezas podía conseguir. Creo que dije en voz alta “me gustaría encargarle unas sillas como estas, pero estoy pensando…”, cuando de repente me pareció escuchar desde el fondo la voz de la mujer de Pajita que me decía, “si quiere nos puede llamar al celular”.

En esa casa las paredes eran de bahareque y no había agua ni cloacas, pero había un celular. Es la forma como estos trabajadores de la madera logran conectarse con sus clientes. Me fui alegre y al mismo tiempo sorprendido. Definitivamente la tecnología le estaba resolviendo un problema a la gente. A él que podría ser contactado para un trabajo y a mí que me daba la oportunidad de hacerle el famoso encargo. Continué mi viaje y la misma historia se repitió con otros artesanos: “anote mi celular y me llama para el encargo, si quiere”.

Conclusión: La vida en estos pueblos está altamente influenciada por tres tecnologías fundamentales. La televisión, la bicicleta y los teléfonos celulares. Curiosamente estas tres tecnologías acortan las distancias para sus pobladores. Gracias a la televisión, los niños de Lara se muestran orgullosos de su equipo Cardenales. La bicicleta les permite desplazarse por la zona y el teléfono celular les facilita desplazarse con mayor rapidez aún, y más lejos, incluso sin tener que salir de su pueblo.

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