domingo, junio 7

Crisis es la mía

Artículo publicado en El Mundo Economía y Negocios el 13 de mayo de 2009

El pasado marzo culminamos una investigación sobre las expectativas económicas de los consumidores de los estratos D y E, y sus posibles respuestas ante disminuciones o aumentos en sus ingresos. Comenzamos indagando sobre las asociaciones espontáneas que les vienen a la mente al hablar de términos económicos como crisis, inflación, dólar, gastos, ahorro, préstamo y trueque. El resultado estuvo altamente influenciado por su realidad particular.

Términos como "dólar" lucen lejanos, ya que la mayoría de estos venezolanos, como uno de ellos mismos afirmó, nunca ha visto uno. Pero es que no sólo no están familiarizados con la moneda estadounidense, sino que consideran que no está a su alcance y por lo tanto no demuestran interés en obtenerla. Otro hallazgo de la pesquisa es que términos económicos como "gastos" o "inflación" están asociados principalmente a los alimentos. Y es que siendo este rubro el más relevante del presupuesto (45% de los gastos en el estrato E), la influencia de la canasta alimentaria en su economía familiar es muy importante. Más aún, los precios de los alimentos experimentaron un incremento superior en más de 10 puntos porcentuales a la inflación en 2008 (46,7% de incremento en alimentos versus 31,9% de inflación).

Este resultado se refleja en que al hablar de "crisis", lejos de obtener referencias a los difíciles momentos que atraviesan los mercados financieros mundiales o, incluso, a la caída en los precios del principal rubro de exportación de Venezuela, las respuestas se relacionan con las situaciones más cercanas para ellos, como el desabastecimiento o el aumento de los precios de los alimentos y otros bienes. Pocos de estos consumidores manejan información acerca de la tormenta que se vive en los mercados financieros internacionales, pero sí perciben la crisis cuando no encuentran en los anaqueles productos para su sustento diario o cuando notan incrementos en los precios en relación con su compra anterior.

"Si escucho sobre la crisis de EEUU no le tomo mucha atención porque yo estoy pendiente de mi crisis aquí. No creo que sea algo que nos afecte porque cada quien trabaja como puede y tiene su quincena, eso es más que todo para las compañías", (frase escuchada a un hombre del estrato E).

Esta asociación con aspectos económicos tangibles y cercanos para ellos, hace que un concepto económico como "trueque" sea desconocido por mayoría de consumidores y que, más aún, no sea visto con buenos ojos por la desconfianza que genera la manera cómo podrían llevarse a cabo estos intercambios con bienes o servicios con valores muy disímiles.

Para un año en que se espera contracción de los ingresos reales de los consumidores en al menos 3%, la percepción de crisis seguirá estando marcada por la inflación y podría verse reforzada por la escasez, en algunos rubros donde la política de control de precios y los retrasos en la asignación de divisas impidan que los productos lleguen a los anaqueles. Definitivamente, los consumidores seguirán diciendo: "Crisis es la mía", cuando se les pregunte por los precios del petróleo o la caída de los mercados internacionales.

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