Es indudable que los contenidos son cada vez más importantes en Internet. En la medida que las conexiones se hacen mas accesibles, ya sea por una reducción real de los precios de las computadoras y de los proveedores de acceso o por una oferta inmensa de centros públicos de conexión a precios equivalentes al de una Pepsi Cola, la calidad y el atractivo de los contenidos se hacen mas estratégicos. Igualmente, en la medida que los usuarios van madurando, se hacen más sofisticados y exigentes en un mercado muy competido.
Los sitios de Internet que se quieran diferenciar deberán proveer contenidos atractivos. Ahora bien, ¿qué son contenidos atractivos? Son aquellos que satisfagan las expectativas de los usuarios, cualquiera que estas sean, según el negocio y el segmento de mercado que se atienda. Para complicar la cosa, también tenemos la importancia que vienen cobrando los contenidos móviles, que por cierto son recibidos y evaluados, en muchos casos, de manera diferente.
Esta respuesta que raya en la perogrullada, lamentablemente no ha sido aplicada por muchos. Si hacemos una encuesta para conocer qué proporción de los sitios venezolanos hacen investigaciones para indagar esas expectativas de sus usuarios nos sorprenderemos de los resultados. Entraremos en el reino de las suposiciones, donde los gerentes más intuitivos son los que tienen más oportunidad. El resto, algún día llegarán por el camino del ensayo y error si sus presupuestos se lo permiten.
Otro elemento muy importante que cabe destacar, es que cuando nos referimos a los contenidos también estamos considerando las formas como esos contenidos pueden ser accedidos. En este sentido, una buena arquitectura de la información y una plataforma cónsona con el mercado son clave.
Por ejemplo, si un sitio Web posee contenidos de alta calidad (según la definición que hemos dado), pero los mismos no están desplegados de manera amigable y fácil de acceder, parte del mérito se pierde. Igualmente, si ese sitio es muy pesado, muchos usuarios jamás se enterarán de la calidad de dichos contenidos, simplemente porque se irán a la vuelta de un clic.
Por todo lo anterior es evidente que los contenidos y su "empaque" son fundamentales para trascender en este ciberespacio de principios del siglo XXI. Y es que en esta era de Internet de segunda generación la competencia es férrea, no sólo porque las empresas son numerosas y están avezadas, sino porque son los propios usuarios los que están produciendo contenidos, convirtiéndose en un ejército de millones de redactores, fotógrafos, periodistas, entre otros. Amateurs la mayoría, pero con muchas ganas de hacer cosas y mucho tiempo para quitarle el sueño a más de uno. No en vano ya escuchamos términos como el "crowdsourcing", donde algunas empresas están contratando servicios a estas multitudes de internautas, que están dispuestos a ofrecerlos por muy poco, o incluso nada.
Conclusión: Estar no basta, hay que saber estar. Hay que estudiar el mercado a niveles obsesivos para entenderlo y adecuar nuestra oferta y modelo de negocio a sus expectativas y la realidad competitiva del mercado. En este contexto, hay que tener sustancia y los contenidos son un elemento estratégico para competir.
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