domingo, octubre 16

¡Ojalá te mudéis!

Nunca había escuchado esta frase que forma parte de la sabiduría maracucha, pero ahora que me estoy mudando de domicilio se que quien la inventó era portador de una gran sabiduría.

Definitivamente, mudarse joroba, aun cuando la mudanza sea para mejor. Claro, porque podría ser porque te están embargando la casa. Eso sería el infierno de Dante.

Pero, incluso en el mejor caso. En ese en el cual te mudas para mejor: por más espacio, para estar más cerca del trabajo, para vivir en una mejor urbanización. Incluso en ese caso es toda una aventura.

El primer problema es arreglar el lugar donde te mudas. Que si el pintor, que si el plomero. Si tienes suerte, es un gran trabajo. En otros casos, te puede llegar cualquier clase de improvisado. Yo comencé con uno que me iba a desmontar una cocina y no llevaba herramientas, le dolía la espalda y no había desayunado. ¿Qué tal? Bueno, por suerte, fuimos mejorando y los últimos que nos ayudaron eran unos señores.

Luego está el tema de guardar las cosas. Que cantidad de cosas vamos guardando y cuando nos mudamos es que nos damos cuenta. A veces provoca que se pierdan unas cajas y así no tienes que sacar las cosas ni ordenarlas. Seguro que no te hacen falta.

Bueno, eso es todo por ahora. Hoy es mi última noche en la que fue mi hogar durante seis años. La próxima vez que escriba en mi blog, será desde otra dirección.

Ojalá no te mudéis, al menos que sea para bien.
Y si te mudáis, ojalá y todo salga bien.

Saludos, Carlos

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