Varias semanas antes del lanzamiento del Blackberry: Antes de que entrara en el mercado las operadoras líderes se peleaban por ser las primeras en darlo a conocer en el mercado. En mi caso personal, reconozco que por lo que conocía de este equipo, me anoté como los compradores de vehículos en las listas de espera para ser uno de los primeros usuarios de este dispositivo, mucho más, después de haber sido usuario del T-Motion, equipo de la misma casa Rim que Telcel comercializaba con gran éxito desde hace tiempo.
Primer mes con el Blackberry: Mi primer contacto no fue el mejor para comenzar una relación. Como teléfono la verdad es que el Blackberry deja mucho que desear. No solo su ancho raya en lo incomodo (no me quiero imaginar a las delicadas manos de las damas manipulándolo) sino que su ruedita característica, que es una ventaja para la mensajería, se convierte en una severa contrariedad a la hora de atender o trancar una llamada. En ese momento, mi patrón de comparación era un teléfono celular y, específicamente mi Palm Treo; por lo que el Blackberry tenía sus días contados.
Varias semanas después: Mi incomodidad con el Blackberry seguía presente por algunos problemas con el soporte y la capacidad de albergar mis contactos. Reconozco que fui al lanzamiento del MotoQ dispuesto a dejar al Blackberry en una gaveta o mejor aun donarlo en alguno de estos programas. En dicho lanzamiento veía con cierta curiosidad a un par de personas que se declaraban leales al Balckberry y lo interpreté hasta como un acto de rebeldía en aquel ambiente donde Daniela Kosan nos deslumbraba mostrándonos el nuevo consentido de la casa.
El Día B: Fue un día cualquiera en que regresaba en moto de un almuerzo, cuando por un descuido mi Blackberry saltó de mi cinturón a plena calle. Sin poder hacer nada una camioneta rustica pasaba sin piedad sobre mi Blackberry. El deseo de botar ese mal celular se hacía realidad pero paradójicamente sería el día de mi reconciliación con el mismo. Por cierto, el equipo funcionaba, pero la ruedita se había roto y por ende no podía leer mis mensajes.
1 día después del Día B: Llamé al ejecutivo de ventas de mi proveedor y le pedí los precios de los equipos. “Por favor mándame los precios de los equipos incluyendo el Apache y el MotoQ, ya que estoy pensando en dejar el Blackberry”. Los mensajes de correo seguían llegando y yo no los podía leer.
2 días después del Día B: “No me han llegado los presupuestos”. Los mensajes de correo seguían llegando y yo no los podía leer.
3 días después del Día B: “No me han llegado los presupuestos, pero por favor asegúrate de que esté el Blackberry incluido”.
4 días después del Día B: “Cuánto cuesta el Blackberry”
5 días después del Día B: “Por favor, tengo una semana sin chequear mis correos electrónicos cuando estoy en la calle. Mándame el Blackberry, no importa el precio, pero mándamelo ya!
Conclusión: Después de tanto ruido con el lanzamiento del Blackberry en Venezuela no hemos escuchado mucho más acerca de él. Lo que si estoy seguro es que un segmento del mercado que lo usa, a pesar de los problemas que tiene uno de los modelos comercializados en Venezuela y las deficiencias con el soporte, se ha hecho altamente dependiente del mismo. Mala nota como celular, pero eximido como dispositivo para correos electrónicos y Chat.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario