Desde hace poco más de dos años hemos sido testigos del fenómeno de los videos en Internet. Ya en las investigaciones realizadas por Tendencias Digitales esta actividad comienza a destacarse con un porcentaje respetable, superior al 10%. Y ocupando el octavo lugar en los usos mencionados espontáneamente por los usuarios.
En este fenómeno You Tube ha sido un protagonista. En febrero de 2005 este sitio comenzó a ofrecer una plataforma fácil de usar y se ganó la preferencia de millones. Para el mes de noviembre de 2006, era comprada por Google por nada más y nada menos que 1.650 millones de dólares, lo cual de alguna manera nos indica el potencial que tienen los videos en la Web como medio publicitario.
No obstante, más allá de su popularidad y la gran cantidad de visitas que capta, me llama la atención el rol que este tipo de tecnologías está jugando en la sociedad actual.
Lo primero que podría comentar es como estos repositorios de videos se están convirtiendo en una memoria colectiva de las sociedades, donde es posible recrear situaciones pasadas que de otra manera sería más difícil acceder. Quizás para los jóvenes de hoy este valor no es tal, ya que gran parte de los contenidos ya son digitales, pero para los de mayor edad es una gran satisfacción poder entrar en la Web y ver videos de hace veinte o más años y sentir que gracias a esta tecnología estamos reviviendo esos momentos. No son pocas las noches que mi esposa y yo nos hemos dedicado a buscar videos en You Tube, aquellos que veíamos hace muchos años y que casi habíamos olvidado.
Otro aspecto de importancia en este fenómeno es la posibilidad de democratizar la comunicación entregando mensajes a millones de personas sin limitaciones en cuanto a su contenido político. Esto lo estamos viviendo ahora mismo con la situación de la planta televisiva RCTV, que aun cuando no se encuentra en el aire, ha podido transmitir su noticiero a través de You Tube desde el mismo día que dejó el espectro radioeléctrico venezolano.
Definitivamente, los videos seguirán dando de que hablar. Los retos, muchos. Quizás el primero está referido al respecto de los derechos de propiedad intelectual.
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