sábado, febrero 11

Cuando 1 + 1 no suman 2: La historia del teléfono Ipod

En un estudio de mercado sobre las telecomunicaciones publicado recientemente por Datanalisis, se hace mención a la importancia que los usuarios de la telefonía móvil celular le están dando a nuevos factores como navegar en Internet, las cámaras digitales y los reproductores de música MP3.

Estas expectativas de los usuarios sin duda han tenido una contraparte en las iniciativas de los principales fabricantes de equipos y operadores, que cada vez más le agregan valor al servicio básico de voz (Para mayor información sobre las necesidades de comunicaciones de los venezolanos lea: Ciber-comunicaciones).

No obstante, ese “equipo-servicio ideal”, todavía no se ha terminado de configurar, debido a la evolución del mercado y de la propia tecnología.

Una iniciativa que es de obligada referencia en esta carrera por satisfacer una gigantesca demanda, es el “teléfono-Ipod”, ROKR. Este equipo que es producto de la alianza entre dos líderes, Motorola y Apple, se esperaba que saliera al mercado a comienzos del año pasado, llegando finalmente a los puntos de venta en el mes de septiembre.

Ahora bien, ¿qué pasó con el ROKR?. Es lógico esperar que de la alianza de dos empresas líderes surgiera un producto líder. Sin embargo, el lanzamiento del “teléfono-Ipod” pareciera que no terminó satisfaciendo las expectativas.

Comencemos por hablar de esas expectativas. Partiendo que los usuarios quieren un teléfono que les permita escuchar MP3, debemos pasar a definir sus principales características: botones que permitan de manera fácil encender y apagar el reproductor e incluso pasar de la función teléfono a la de reproductor MP3, memoria suficiente para cargar las canciones, posibilidad de descargar música fácilmente desde el PC o incluso a través de la red celular, por mencionar las más importantes.

Aquí comienzan los problemas con el ROKR. No permite descargar música a través de la red celular sino sólo a través de iTunes (el programa de Apple para comprar y administrar la música en el Ipod) y establece un ¡límite máximo de 100 canciones! Siendo el Ipod todo un éxito, cabe preguntarse, ¿qué pasó aquí?

El mes de noviembre de 2005 Frank Rose escribe un excelente trabajo en la revista Wired acerca del tema (Battle for the Soul of the MP3 Phone), donde expone las distintas posiciones de los actores del mercado que no hicieron de este un producto ganador.

Entre ellas, la más importante es el propio interés de Apple por proteger su Ipod y no canibalizarlo con un “teléfono-Ipod”. Aún cuando el mercado de la telefonía celular es mucho más grande que el de los usuarios de reproductores de MP3, el interés de Apple se sigue centrando en controlar su propio negocio a través de su iTunes y no perder poder de negociación al permitir que los usuarios descarguen música a través de la red celular.

Quizás este sea sólo un ensayo de la empresa de Jobs para lo que será su inevitable ingreso al mundo de los teléfonos-MP3, que sin duda controlarán el mercado. Por ahora, ¿por qué no disfrutar de ese poder de mercado que detenta el Ipod?

El riesgo, que se repita la historia de Macintosh como bien lo advierte Clayton Christensen en el mismo trabajo de Wired (Christensen es profesor de Harvard Business School y autor del libro The Innovator´s Dilemma, una de las grandes ideas que han impactado a los negocios en los últimos años)

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